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Fuera de juego

Confusión y frustración en los tiempos modernos

 

Alvy Singer.

Un día Bob Dylan cantó que Tiene que haber algún camino fuera de aquí. El derrotado se marcha siempre desolado, ya sea por calidad, ya sea por un sensación inequívoca de final. Llegan, por lo tanto, tiempos mediocres en un país que está a la altura de las circunstancias. La prensa se erigirá a tiempo parcial, entre Emilio Pérez de Rozas y el Comando Mundo Deportivo, a reescribir prontamente la historia, que a falta de ganadores está predispuesta a reconvertirse en carroña. Pero ya se sabe que el fútbol es cosa de pasiones necias, y a ellas mismas las mueven sacerdotes timoratos y predicadores a tiempo parcial. Toca repartirse pues los años de victoria y de derrota, pero siempre aislar al análisis que ayudaría a repensar el fútbol. No es este país ciertamente futbolístico sino de gentes de equipos, cosa bien distinta, igual que en este pais la prensa deportiva tiene todos los aromas menos el de la deportividad. Resultó que Fiebre en las Gradas, aquella cosa que escribió Nick Hornby, era una tragedia que asimilar. 

 

Ya sea aquí o allí se apagan las leyendas, se trasladan las desgracias y se engarrotan las fotografías para enfatizar la decepción. Aunque la mayor decepción debería darla el deposito casi imbécil en el azar que hace el humano, cosa explicable sólo a medias según predijo Schrödinberg. No toca en los malos tiempos ponerse gafas oscuras y vestirse de revancha, ya verán como el día siete algo parecido ocurre, sino que es preferible ejercer de analítico, de forense con protección médica que no de rastreador y pataleador de decrépitos cadáveres. El problema de confiar la redacción de la mitología a la realidad es la posibilidad de la humanidad, y de que nuestros narradores resulten pésimos retóricos, además de gente habituada a escribir sin mayor problema “es posible soñar” y “la triste realidad”. Fue Dylan quien aseguró que tenía que haber algún camino fuera de esto, pero también dijo que eso no era más que lo que le dijo el payaso al ladrón.

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